ASI DICE EL ALTO Y SUBLIME

Yo soy el Dios tuyo,que te enseña provechosamente el camino que debes seguir...

miércoles, 23 de mayo de 2012

PSICOLOGÍA CRISTIANA: UNA UNIÓN ANTIBÍBLICA

La psicología secular, basada principalmente en las enseñanzas de Sigmund Freud, Carl Jung y Carl Rogers, no tiene cabida en la vida cristiana. Tampoco lo hace la llamada “consejería cristiana,” porque la consejería “cristiana” tiene como sus bases la psicología secular, no la bíblica. La mayoría de los que se dicen ser "consejeros cristianos" son solo personas que usan la psicología secular como su “modus operandi.” Una persona no puede ser cristiano y psicólogo a la vez, es una contradicción nefasta. La psicología es definida como una disciplina académica que involucra el estudio científico de los procesos mentales y del comportamiento, y la aplicación de ese conocimiento sobre las diferentes esferas de la actividad humana. La psicología es por naturaleza humanista. El humanismo afirma el valor y la dignidad de toda la gente, basado en la habilidad de determinar lo correcto de lo incorrecto, apelando a las cualidades humanas universales, particularmente la racionalidad. El humanismo rechaza la fe que no se basa en la razón, lo sobrenatural, y la Biblia. Por lo tanto, la psicología es la manera en que el hombre trata de entender y reparar el lado espiritual del hombre sin referencia a, o reconocimiento de lo espiritual. La Biblia declara que la raza humana tiene un principio diferente a cualquier otra cosa creada. El hombre fue hecho a la imagen de Dios, y Dios “…sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (Génesis 1:26; 2:7). En su esencia misma, la Biblia trata con la espiritualidad del hombre, comenzando con su caída en el pecado en el Jardín del Edén y las consecuencias que le siguieron, particularmente en lo referente a su relación con Dios. El resultado de la caída – el pecado- es lo que nos separa de Dios y lo que requiere de un Redentor que restaure esa relación. La psicología secular, por otra parte, está basada en la idea de que el hombre es básicamente bueno y que la respuesta a sus problemas yace dentro de él mismo. Con la ayuda de un psicoterapeuta – y con frecuencia de un supuesto consejero cristiano – el paciente hurga dentro del laberinto de su propia mente y emociones y “trabaja a través” de ellos a fin de emerger en el otro lado más sano por haber descubierto la causa de sus dificultades. La Biblia, sin embargo, nos pinta un cuadro muy diferente de la condición del hombre. Él está “muerto en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1) y su corazón es “engañoso más que todas las cosas y perverso” (Jeremías 17:9). Él es la víctima de lo que es llamado “depravación total.” El hurgar dentro de tal mente, buscando salud mental, es un ejercicio inútil, muy parecido a tratar de encontrar una rosa creciendo en el fondo de una cloaca. El hombre fue creado inocente, pero fue desobediente a Dios; él pecó contra Dios, y este pecado cambió al primer hombre, Adán, y a todos los que vinieron después de él, con el resultado de estar física y espiritualmente muertos (Génesis 2:17; 5:5; Romanos 5:12; Efesios 2:1). La respuesta a los problemas espirituales del hombre es que nazca de nuevo – hacerlo vivir espiritualmente (Juan 3:3, 6-7; 1 Pedro 1:23). El hombre nace de nuevo al confiar en Jesucristo. Confiar en Jesucristo significa entender que Él es el único Hijo de Dios, y Dios el Hijo (Juan 3:16; Juan 1:1-3). Significa entender y creer que Jesús pagó por nuestros pecados cuando Él murió en la cruz, y que Dios demostró Su aceptación al sacrificio de Cristo por nosotros, resucitando a Jesús de los muertos (Romanos 4:24-25). Los predicadores y pastores bíblicos, como opuestos a los psicólogos y psicoterapeutas, y a muchos “consejeros cristianos” ven solo a la Biblia como la fuente de un enfoque comprensible y detallado para entender, guiar y exhortar a la gente (2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:4). El cristiano bíblico está comprometido a dejar que Dios hable por Él mismo a través de Su Palabra, y a manejar correctamente la Palabra de Verdad (2 Timoteo 2:15). El predicador bíblico sigue la Biblia y busca ministrar el amor del verdadero Dios viviente, cuyo amor trata con el pecado y produce obediencia (1 Juan). Mucho de la psicología y psicoterapia "cristiana", como algunos la llaman (que de cristiana no tiene nada), está basado en necesidades. Las necesidades de autoestima, de amor y aceptación, y de valoración tienden a dominar. Si estas necesidades son satisfechas, se cree que la gente será feliz, amable y moral; si no son satisfechas, la gente será miserable, odiosa e inmoral. La Escritura enseña que es Dios, no nosotros mismos, quien cambia nuestros deseos y que la verdadera felicidad solo puede encontrarse en el deseo por Dios y la santidad. Si la gente desea la autoestima, el amor y el reconocimiento, ellos serán felices si lo obtienen y miserables si no lo logran, pero aún así en cualquier caso seguirán centrados en sí mismos. Por otra parte, si la gente desea a Dios, el reino de Dios, sabiduría santa y resurrección de gloria, ellos estarán satisfechos, y gozosos, y serán obedientes y útiles siervos de Dios. Mientras que los psicólogos seculares intentan ayudar al paciente encontrando el poder para suplir sus propias necesidades desde adentro, para la mayoría de los autodenominados psicólogos cristianos como James Dobson, Bernardo Stamateas, Larry Crabb, entre otros, Jesucristo es el sanador accesible para las necesidades y las heridas de la psiquis. El paciente es instado a considerar lo mucho que es amado por Dios, y la cruz simplemente retrata cuán valioso es él para Dios, a fin de llenar su auto-estima y suplir su necesidad de ser amado. Pero en la Biblia, Jesucristo es el Cordero de Dios, crucificado en lugar de los pecadores. El amor de Dios en realidad derriba la auto-estima y la incesante búsqueda de ella. En vez de ello, produce una gran y agradecida estimación por el Hijo de Dios, quien nos amó y entregó Su vida por nosotros – el Cordero de Dios quien es el único digno de alabanza. El amor de Dios no satisface nuestra fijación por ser amados como somos. Derrumba aquella engañosa búsqueda, a fin de amarnos, a pesar de lo que somos y nos enseña a amar a Dios y a nuestro prójimo (1 Juan 4:7-5:3). Cuando una persona intrínsicamente pecadora contrata a un psicólogo o un consejero cristiano, a fin de obtener la satisfacción a sus necesidades o para obtener felicidad, la auto-estima y la realización, ésta inevitablemente se alejará de tal consejería irrealizable. Jesús dijo que debemos morir a nosotros mismos y nacer de nuevo. Cuando venimos a Él, debe ser con la intención de deshacernos de la antigua naturaleza – no solo arreglarla – y ponernos la nueva naturaleza, la que vive para Cristo y busca servirle a Él y a otras personas por amor a lo que Él ha hecho. Tito 2:1 Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina.

10 Expresiones femeninas que los hombres necesitan conocer

1) “OK..” Esta es la palabra que las mujeres utilizan para finalizar una discusión, cuando han decidido que ellas tienen la razón y ahora debes callarte. 2)“CINCO MINUTOS”: Si se esta arreglando, significa MEDIA HORA.- “CINCO MINUTOS” son solo cinco minutos si te ha concedido cinco minutos adicionales para terminar de ver el partido o la película antes de salir para ayudar con las compras. 3) “NADA”: Es la calma antes de la tormenta. Significa ALGO!. Y deberías estar totalmente alerta. Discusiones que empiezan con “NADA”, normalmente acaban con “OK” (Ver punto número 1). 4) “NO HAY PROBLEMA”…Ni se te ocurra hacerlo! 5) “GRAN SUSPIRO”: habitualmente los hombres no entienden lo que es un suspiro alto y claro; significa que ella piensa que eres un marmota y se pregunta por qué esta perdiendo el tiempo discutiendo contigo sobre “NADA” (Ver punto número 3 para entender el significado de NADA) 6) “MUY BIEN”: Esta es una de las frases mas peligrosas que una mujer puede decir a un hombre. (MUY BIEN) significa que ella meditara cuidadosamente antes de decidir cómo y cuándo pagarás por tu equivocación. 7) “GRACIAS”: Una mujer te agradece algo. No preguntes. No dudes. Solo di: “DE NADA”. No se te ocurra preguntar: “Gracias, porqué?” 8) “ME DA IGUAL” : (COMO QUIERAS, COMO TU DIGAS): Es la forma femenina de mandarte a pasear (date por insultado). 9) “TRANQUILO, NO TE PREOCUPES, PREFIERO HACERLO YO”: Otra frase peligrosa que significa que aunque la mujer le ha dicho al hombre en repetidas ocasiones que haga algo, finalmente lo esta haciendo ella misma. Esto más tarde empujará al hombre a preguntar: ‘QUE PASA?’ Para saber la respuesta de la mujer, ver punto 3. 10) “AHA”… Cuando la mujer le pregunta algo y el hombre da una explicación tonta o no creíble. Ella solo dice AHA pero sabe que la respuesta no la convenció y ten por seguro que seguirá indagando. Dios y la expresión: ¿Por qué Dios creó a la mujer con esa especie de “diálogo indirecto”? en el fondo de éste humor negro se encuentra la dificultosa tarea de comprensión mutua en la pareja. La mujer debe cambiar la manera de expresarse? O el hombre debe tratar de entender lo que pasa por el corazón de ella? Creo que es un poco de ambas cosas… el hombre es un ser incompleto sin la mujer. “no es bueno que el hombre esté sólo” (dijo Dios en génesis 2:18) Y la mujer es como un vaso frágil! “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” (1 pedro 3:7) El verdadero significado de “complemento”, es que lo que le falta a el, ella lo tiene! (¿o no sacó Dios una costilla de Adán?) La mujer y el hombre fueron creados para complementarse, y en la necesidad del hombre de ser comprendido… el diálogo se torna incomprensible y desata un caos en la pareja si no se pone cada uno a querer la paz en el hogar en lugar de la razón. Cuando ambos queremos tener la razón, hay tensión y no hay paz. No hay peor cosa que un hogar viciado de discusiones y tensión. Todo cambia cuando tratas de comprender lo que realmente quiere y necesita tu esposa Todo cambia, cuando tratas de hablar claramente y con paciencia a tu esposo. Efesios 4:31 y 32 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”