ASI DICE EL ALTO Y SUBLIME

Yo soy el Dios tuyo,que te enseña provechosamente el camino que debes seguir...

jueves, 22 de julio de 2010

¿PUEDO SER CRISTIANO Y NO CONGREGARME?

“Soy cristiano pero no veo la  necesidad de congregarme”


Es muy común escuchar a gente que hoy en día dice: “No necesito ir a la iglesia para ser cristiano”, “Mi casa es la iglesia”, o “Puedo tener iglesia en una montaña.” Cuando somos confrontados con este tipo de opinión, los cristianos debemos de responder efectivamente.

En primer lugar, la Biblia no enseña en absoluto el concepto del cristiano separado de la iglesia. Por  el contrario, la Biblia denuncia la idea como un desacato a la voluntad de Dios. Hebreos 10:25 dice que no debemos dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre.

El verdadero creyente sabe que hay mandamientos en  la Escritura que no pueden ser obedecidos a menos que formemos parte de una iglesia. Por ejemplo, en Juan 13:35 Jesús dice: “En esto conocerán que son mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. ¿Cómo podremos mostrar a la gente que somos discípulos de Cristo, o cómo podremos amarnos los unos a los otros, si no nos reunimos con los discípulos? Por lo tanto, al no congregarnos estamos desobedeciendo a Dios.

El apóstol Pablo nos da mandamiento en Gálatas 6:10 para que “hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. ¿Cómo podremos hacer bien a la familia de la fe, si nos nos reunimos con ella? No hay forma de escaparse  a este razonamiento.

Una excusa muy popular es: “Yo no voy a la iglesia porque allí hay muchos hipócritas”. La persona que dice esto en realidad se considera a sí misma mejor que los demás, lo que en sí es hipocresía. Recordemos al fariseo de Lucas 18:11 que le daba gracias a Dios por ser mejor que “los otros hombres”. Esta actitud hipócrita es desaprobada por Dios.

Además, Efesios 4:11-12 dice que Cristo constituyó a pastores y maestros para perfeccionar a los santos, para trabajar en la obra de Dios y para edificar el cuerpo de Cristo. Esta es la razón principal por la cual debemos congregarnos. Por lo tanto, si usted no concurre a una iglesia regularmente, y los días separados para el Señor los dedica a dormir o a jugar al fútbol, o a cualquier otra cosa, es obvio que usted nunca va a ser perfeccionado para la obra de ningún ministerio, ni tampoco será edificado, es decir, nunca crecerá en la fe cristiana.

Por éstas y otras razones, resulta difícil creer que un cristiano verdadero no concurra a una iglesia. Además, es obvio que no pueden ser testigos de Cristo, porque sus vidas no muestran una actitud de fe y obediencia hacia quien dicen que es su Señor.

Yo siempre estimulo a aquellos cristianos genuinos que por una razón u otra no se están congregando, a que busquen una iglesia donde la sana doctrina y el amor de Cristo estén presentes.

El ser parte de una comunidad de creyentes nos dará fortaleza cuando las tentaciones lleguen. Recordemos que Satanás anda como león rugiente buscando a quien destruir (1 P. 5:8). Además, el congregarmos  nos proveerá del amor, la ayuda y el consuelo de nuestros hermanos en Cristo cuando se presenten las inevitables crisis de la vida. Eso sí, asegúrese de unirse a una iglesia que esté fundada en la doctrina de Cristo y los apóstoles. 

*Este Escrito ha sido Publicado en este blog con el Permiso del apologista Pablo Santomauro*

martes, 20 de julio de 2010

REIKI Y CRISTIANISMO ¿COMPATIBLES?

En primer lugar un dualismo cósmico. De origen taoísta, la teoría de los opuestos (Yin – Yang), viviendo en una constante “guerra espiritual” contra las energías negativas, de las cuales se protegen con símbolos protectores (“escudos”), que son simples amuletos, que promueven una mentalidad mágica y supersticiosa. Y por otra parte, subyace en sus escritos un panteísmo que reduce a Dios a una energía que se puede canalizar si uno se concentra y aprende las técnicas para ello.

El sincretismo es tal, que en sus oraciones al “Padre”, lo llaman “Ser universal superior” y al “Espíritu Santo” lo igualan al “Ki” o “Chi”, es decir, a la energía que pasa a través de nosotros y que recibiríamos del universo, con lo cual Dios ya no es persona, sino una energía que podemos “sintonizar”. En algunos casos recurren a un lenguaje pseudocientífico para explicar que a Dios no lo vemos simplemente porque es una energía a otro nivel de frecuencia. Con esto basta para entender que están muy lejos de la fe cristiana y empapados de la New Age.

Semejante a algunas antropologías gnósticas sus manuales nos hablan de una “chispa divina” atrapada en nuestra carne, y el 90% de sus adherentes creen en la reencarnación.

Por otra parte, el mismo Jesús es nombrado como un gran maestro sanador que imponía manos, y hasta graciosamente lo proponen como un maestro Reiki muy antiguo. Incluyen una doctrina sobre Jesús que desfigura su identidad como Dios hecho hombre y como único salvador, quedando como un sanador entre tantos. El sentido cristiano de la imposición de manos no tiene nada que ver con el uso que se hace de ese gesto en el Reiki.

Con esto bastaría para decir que nadie puede llamarse cristiano y tener una visión así de Dios, del mundo, del ser humano y de la vida después de la muerte.